Ocio Latino-. Antes de morir el artista pronunció unas palabras que ahora son un legado y demuestran que ni él mismo intuía tan fatal y triste desenlace.
“Me quedan muchas cosas que hacer en la música, pero de otra manera”. Quizá éstas sean las últimas palabras que Camilo Sesto pronunció en público, hace apenas un mes, en una entrevista en Canal Sur de Andalucía que no hacía presagiar su repentina muerte a los 72 años.
“Si no es conmigo, con alguien que mereciera la pena”, dijo entonces en referencia a colaboraciones con artistas como Mónica Naranjo o Pastora Soler. En el encuentro televisado, celebrado en un restaurante despejado por completo para él, se ve a un Camilo Sesto muy cansado, con dificultades aparentes para hablar a un ritmo normal y sin demasiadas ganas de conversar.
Lo que lleva a pensar en el enorme esfuerzo que estaba haciendo en ese momento y en la dimensión de una enfermedad que llevaba por dentro desde hace años y que no le impedía lucir, sin embargo, como el gran artista que era: peculiar en su atuendo, distinto en su manera de expresarse.
UN MITO
Camilo Blanes nació en la localidad alicantina de Alcoy, el 16 de septiembre en 1946. Músico y compositor, realizó estudios de bellas artes y empezó su carrera musical formando parte del grupo “Los Dayson” cuando apenas era un adolescente.
Ya con 18 años se trasladó a Madrid para probar suerte y, desde entonces, desarrolló una completa carrera musical con la venta de millones de discos en España e Iberoamérica.
Su primer albúm Algo de mi fue grabado en 1971 y dos años después representó a España en el festival internacional de la OTI, con la canción Algo más, tema con el que consiguió una gran éxito de ventas en toda Latinoamérica.
En 1975 cobró más popularidad al interpretar, junto a la cantante dominicana Ángela Carrasco, al protagonista en el musical Jesucristo Superstar, estrenado en Madrid.
Tras conocer su muerte, Jaime Azpilicueta, director de aquella obra, ha lamentado la pérdida de Camilo Sesto y valorado su trayectoria. “No se daba importancia a sí mismo, cantaba con la facilidad con la que vivía. Era una persona sencilla. Se nos ha ido un gran artista, y nos queda su obra, lo único a lo que podemos aferrarnos”, añadía.
Su último trabajo, Camilo sinfónico, fue grabado con la orquesta de Radio Televisión Española y con colaboraciones de artistas españolas como Marta Sánchez, Pastora Soler, Ruth Lorenzo o Mónica Naranjo, fue presentado en Madrid el pasado 20 de noviembre.
La propia Marta Sánchez lo definió entonces como “un mito viviente y una fábula musical de nuestro país y del mundo entero”. “Él es un ser amable, dispuesto. Entregadísimo a la música y a todos los proyectos que hace. Sensible con los artistas. Tiene una de las mayores sensibilidades que conozco”. También Soler destacó la personalidad del artista: “La verdad es que su personalidad engloba muchas cosas”.