Sin respuesta
A principios del año pasado MDO se anunció como la empresa a través de la cual latinoamericanos
desde sus países de origen podían encontrar trabajo de forma legal. Su director aseveró tener oficina principal en Lalín, Pontevedra (Galicia) y sedes en Barcelona y la ciudad peruana de Trujillo. También logró que una empresa propiedad de peruanos en Barcelona ejerciera de recepcionista de solicitudes. Aseguraba tener contacto para esto con empresas diversas en España. Todo parecía legal.
Uno de los aspectos que más confianza daba, aparte de hacerlo todo de forma pública, era que en el contrato correspondiente se comprometía a devolver lo pagado si en el plazo de seis meses no se concretaba el correspondiente contrato laboral. Y se ofrecía la posibilidad de una prórroga de tres meses siempre y cuando el solicitante lo autorizara. En caso contrario el importe íntegro del dinero sería devuelto. Pero pasaron los meses y, al parecer, no se concretó ningún contrato o, en todo caso, todo indica que decenas de personas no recibieron respuesta. Ocio Latino ha llamado de forma insistente a los teléfonos de Pereira para comprobarlo y para que responda a las múltiples acusaciones que le hacen supuestos deudores suyos. Pero no responde jamás. En el móvil sale continuamente una grabación señalando el típico: “El número al que está llamando está apagado o fuera de cobertura”.
Tampoco responde a las decenas de afectados que lo llaman para pedirle su dinero. Entre ellos se encuentra Ana María Lescano Dávila de Abrahami, peruana residente en Francia, quien se ha dirigido a Ocio Latino solicitando que este caso se haga público para evitar que otras personas caigan en la trampa. Lescano señala, vía E-mail: “Somos 12 personas peruanas que pagamos los 360 euros por el contrato de trabajo que este señor Jesús José Pereira Fernández nos prometió. En el contrato dice si él no lograba conseguir los contratos el dinero sería devuelto. Esto ya pasó (hace) más de un año, como ustedes lo verán en la factura. Seguimos el procedimiento que él nos dijo con la prórroga de 3 meses más. Le mandé el número de cuenta con la carta del banco, y ahora es devuelta. Dice que esa dirección no existe. En Santo Domingo son 40 personas. Por favor no dejar que este señor siga estafando a más latinoamericanos”.
Lescano nos ha enviado doce facturas en las que se consigna claramente que cada afectado ingresó 360 euros en una cuenta bancaria de Pereira, quien firma los documentos. También nos ha enviado los respectivos comprobantes bancarios de transferencias e incluso fotocopia escaneada del DNI de Pereira. Desde Lima, Teresa Torres Obando, sobrina segunda de Ana Lescano, nos cuenta que su padre (primo de Lescano) prestó dinero para que el esposo de Teresa, Roger Omar Crespo, se inscriba en el que parecía prometedor programa de empleo. “Pedimos que nos devuelvan el dinero, se lo pedimos a mi tía, Ana Lescano, que es quien se hizo responsable. Ella le mandó el dinero al señor (Pereira). Ahora mi padre le reclama a mi tía, que es su prima”. Teresa convenció de que se apuntara en el plan a su primo Manuel Torres Ceopa. “Mi primo –cuenta- me reclama, me dice que mi tía lo ha estafado, él es familia mía pero no de ella”. Lescano nos ha enviado pruebas de que ha tratado por diferentes medios de que Pereira responda, sin éxito.
Ahora Teresa espera que su padre y su primo recuperen el dinero. Ya no sueña con que su esposo tenga un trabajo en España; él sigue haciendo taxi en un automóvil alquilado con una jornada enorme y un ingreso exiguo.
Afectados en Barcelona
Desde Barcelona habló con Ocio Latino una afectada, Lucía (prefiere mantener su apellido en reserva) que aportó a Pereira 3.600 euros para lograr trabajo para una decena de familiares residentes en Perú.
Indica: “Parecía legal, metimos diez expedientes y pagamos de nuestro bolsillo. Cuando en seis meses vimos que esos diez expedientes no daban resultado de nada, y son profesionales en Perú en campos como la enfermería, pedimos el reembolso, pero nada”. Ella no se ha planteado realizar una demanda judicial, por el momento: “Quita tiempo y dinero pero somos afectados directos, tenemos documentos que acreditan que hemos pagado”.
Lucía es propietaria de la empresa que Pereira captó en Barcelona. Al respecto señala: “Nosotros únicamente ejercíamos como empresa de recepción. Cuando vimos que no daba resultado advertimos a los interesados que mejor esperaran a ver qué pasaba con los primeros expedientes. Pero la gente con la desesperación igual hacía la solicitud. Tuvimos contacto con Pereira desde 2007. Cuando pasó un año y vimos que no había resultado nos quitamos de en medio, rompimos. Dijimos que no teníamos nada que ver y recomendábamos que se esperaran. A nosotros también se nos ha estafado”. Añade que sabe “de gente que se ha aprovechado por esto, había gente que cobrara 2.000 y 3.000 euros”.
Lucía considera que el caso se le fue de las manos a Pereira. Apunta: “Pienso que en el principio este hombre quiso hacer las cosas bien pero es que le pilló la crisis a día de hoy no se consigue trabajo, ni con papeles ni siquiera siendo español. Ahora se siente completamente ahorcado y no da a cara”.
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