Diez partidos políticos se disputan dos escaños en Europa. 40 candidatos entre principales y suplementes, componen las lista 7.
Uno de los aciertos de la anterior Asamblea Constituyente convocada por el presidente Rafael Correa y elegida por los ecuatorianos, fue la de darnos a los emigrantes la oportunidad de elegir y ser elegidos. En democracia es el mejor logro y oportunidad para ser tomados en cuenta. Sin embargo, son los candidatos quienes deben presentarnos planteamientos concretos y sensatos. Propuestas que se rijan a nuestra circunstancias y a la realidad de nuestro país. Ellos (los candidatos), saben mejor que nadie cuáles son nuestras aspiraciones.
Nuestros candidatos deben saber que los emigrantes queremos un Ecuador libre de corrupción. Emancipado de una clase política corrompida y deshonesta. Queremos políticos con principios y moral. Honestos y decentes.
Queremos un Estado que sea sensible con la clase social más desfavorecida, pero severo con los anarquistas.
En cuanto a nuestros derechos en Europa, nuestros candidatos saben mejor que nadie cuáles son nuestras pretensiones. Que se respeten nuestros derechos como ciudadanos del mundo. Que se reconozcan nuestros méritos como trabajadores que aportan al desarrollo del país: el que nos acoge y Ecuador.
Atravesamos un momento difícil debido a la situación económica del planeta. Muchos países han querido deshacerse de los emigrantes realizando operativos policiales y eso va para largo. Nuestros candidatos deben tener claro cuáles serán las soluciones a corto plazo.
Los candidatos deben apoyar a las organizaciones que han denunciado los abusos de bancos e inmobiliarias y plantear soluciones.
En fin, tenemos la suerte que nuestros candidatos han sufrido en carne propia el fenómeno de la migración. Ahora tienen la oportunidad de trabajar para que nuestras generaciones no tengan que dejar su Patria para buscar un mejor futuro en otro país.
